miércoles, 25 de septiembre de 2019

-RESEÑA- La ninja de los libros, de Ali Berg y Michelle Kalus



                                                                                                               Foto: María Laura Arias

La historia trata de Frankie, una lectora apasionada con un Master en Literatura Inglesa quien, en un acto de desesperación por encontrar el amor –o a sí misma, podríamos decir- decide esconder ejemplares de los libros que más le gustaron en los trenes para concertar citas con hombres que sigan sus gustos literarios. En el proceso conoce al particular Sunny, un muchacho muy apuesto que la desconcierta por ser fan de la literatura juvenil y sus actitudes adorables e impredecibles.

La verdad no me gustó, por la descripción que leí acerca del libro pensé que se trataba de otra cosa totalmente diferente. En primer lugar, no conecté con el personaje de Frankie para nada, no me creí en ningún momento que era un “ratoncito de biblioteca”, el perfil del personaje muy activo no es acorde con alguien encerrado y nerd que se la pasa inmerso en sus lecturas. Ni hablar de la aparición de su mejor amiga Cat que me pareció, sinceramente, insoportable, como amiga y como personaje secundario. Desde el comienzo de la historia solo lees entre ellas un ping pong de chistes sin parar, respuestas irónicas y apodos amigables que se extienden hasta el capítulo final, por lo que termina siendo un abuso del recurso en vez de resultar algo sencillamente gracioso.

Las referencias a los libros, citas y autores me parecieron también demasiadas, excesivas. En el comienzo de cada capítulo, aparte de un determinado tren y trayecto, se menciona uno o varios títulos en particular acordes al capítulo presente. Sumémosle los supuestos chistes en todos los diálogos y muchas más menciones en los pensamientos de los protagonistas, se te hace, finalmente, una ensalada.

El personaje de Sunny es el que más me agradó después de todo, aun cuando algunas de sus actitudes me parecieron ridículas. A medida que iba leyendo, ¡todos los personajes me sonaban ridículos!, por lo que este chico me resultó el más acorde con su personalidad.

Por otra parte, me gustaron algunas entradas del blog que comienza a escribir Frankie según las citas que iba teniendo, no así los comentarios. De nuevo, me dio la sensación que estaba viendo una serie estadounidense. Está bien que las anécdotas que cuentan son graciosas, pero leer algo como “me estoy riendo a carcajadas”, “eres increíblemente buena”, y eso se repite en situaciones que viven los protagonistas —se me vienen a la mente un par de escenas—, ¿es necesario que sea todo TAN exagerado? Supongo que es la manera que encontraron las autoras de plantear una historia así de delirante: a través de la exageración.

Admito haber conectado un poco —poquito nomás— con nuestra protagonista en la parte dramática hacia el final, pero también me pareció descolocado. Fue tan abrumador el recurso de la comedia en toda la historia que cuando las autoras quieren bajar de la montaña rusa resulta, lamentablemente, forzado. Ahí supongo que se nota la participación de ambas mujeres, como si se hubieran turnado la pluma para escribir, porque el tono que toma la historia es conmovedor, una emoción que no aparece en todo libro salvo en esa última escena.

Como última acotación menciono los errores de traducción y de corrección: encontré fácilmente diez… ¡diez! Desde temas de tipeo que abundan hasta un párrafo entero y diálogos con traducción literal —que no concuerdan con el español— sin revisar, o palabras sin traducir directamente, lo que me lleva a la conclusión de que, o lo publicaron a las apuradas, o no tuvo corrección alguna. Es una pena porque la edición es linda, tanto la portada como las hojas son de buena textura y calidad, pero el contenido terminó siendo desprolijo.

Creo que el toque de comedia que quisieron darle a la historia puede servir perfectamente para una película, cuyo recurso visual puede ser muy útil para relatar las situaciones que se narran aquí. No considero que haya quedado bien de manera escrita, más bien me dejó la sensación que estaba leyendo un guion. Si les gustan las comedias románticas rápidas y los chistes a cada rato, pues sí, ¡se los recomiendo! Sino, ni pierdan el tiempo.


                                          VALORACIÓN:   


domingo, 8 de septiembre de 2019

- RESEÑA - Como agua para chocolate, de Laura Esquivel



                                                                                                 Foto: María Laura Arias                                     

“Como agua para chocolate” es mi primer encuentro con la literatura mexicana y no me defraudó en lo absoluto. Me encantó su lectura; esta novela es ¡entrañable y hermosa! La escritora Laura Esquivel nos trae una trama repleta de realismo mágico, de amores imposibles, mandatos y costumbres familiares que intentan ser cambiados.

La historia se desarrolla en el medio de la revolución mexicana y se centra en una familia rural muy conservadora compuesta únicamente por mujeres. Desde las primeras páginas conocemos a Tita, nuestra protagonista, a partir de su nacimiento y su conexión nata con la cocina, lugar donde la cuida y nutre Nacha desde bebé, la cocinera y única persona que conoce como figura materna. Ese lugar se convierte en su refugio y es donde se origina toda la magia que podemos disfrutar a lo largo de la novela. Porque Tita vino al mundo rodeada de “olores a especias, aromas de sopa y cebolla”, siendo la única mujer de la familia capaz de aprender los saberes ancestrales y así mantener viva la tradición.

El entorno familiar se completa con María Elena, madre sumamente estricta y con carácter complicado, la líder del clan; Rosaura y Gertrudis, hermanas mayores de Tita, y Chencha, sirvienta del rancho.

Tan fuerte es el peso del mandato familiar que, cuando Tita se enamora de Pedro, se encuentra con la dificultad de no poder corresponderle por el hecho de ser la encargada del cuidado de su madre hasta el fin de sus días, solo por el hecho de haber nacido como la hija menor.  Pero Tita es una mujer fuerte que desea con todo su corazón romper esa tradición tan injusta y se enfrenta a la única persona capaz de liberarla: su misma madre, María Elena. Esta señora particular se trata de un hueso muy duro de roer –imposible diría yo–, con un carácter feroz y haciéndolo todo tan complicado para la pobre Tita, quien con su generosidad y dulzura intenta zafarse de las situaciones con una creatividad increíble.

La magia en esta historia no molesta, sino que fluye de manera sencilla y creativa entre lo que va sucediendo; hubo escenas que me parecieron muy divertidas. La autora se encarga de narrar todo de forma tan natural que, incluso lo sorprendente de la magia queda como algo totalmente normal, incluso para la época en la que se sitúa la historia. Los personajes son carismáticos y logras identificarte con la mayoría, o al menos entenderlos. Con el único que no pude conectar es con el enamorado de Pedro, quien solo consigue alejarse más del amor de Tita debido a sus elecciones equivocadas.

El libro está dividido en las 13 mejores recetas de Tita como introducción a cada capítulo. Algunas pude relacionarlas con el contexto, otras sinceramente no encontré relación, pero posiblemente sea porque, o no hay relación alguna, ¡o es porque no conozco casi nada de la cocina mexicana! —que creo que resulta más probable—.

En síntesis, es un libro fresco, de lectura ligera, muy divertido y elocuente que vale la pena leer. Hay escenas que no te las ves venir y al final, te deja esa bella sensación de lo que es el amor apasionado y ardiente por el que vale la pena vivir y arriesgarlo todo.


                                    VALORACIÓN:    ✰ ✰ 


domingo, 1 de septiembre de 2019

- RESEÑA - La Escuela del Bien y del Mal, de Soman Chainani



                                                                                                       Foto: María Laura Arias              

Cuenta la leyenda que el escritor Soman Chainani creó su propia materia llamada “Cuentos de Hadas” mientras estudiaba en la Universidad de Harvard, de la cual se graduó con honores de la carrera de Literatura Americana e Inglesa. Y es gracias a ese amor por este mundo fantástico y su gran talento para plasmar historias, que escribió este libro increíble de una saga compuesta por cinco tomos. La Escuela del Bien y del Mal, es el primero de esta pentalogía llena de magia y aventuras.

Les confieso que en un par de días nada más, ¡me lo devoré! Con sus 476 páginas se trata de un libro extenso, pero en cuanto pasas la primera página te atrapa. Se nota enseguida que está escrito de una manera amena y divertida, con diálogos frescos e inteligentes y sorpresas por doquier, desde el principio hasta el final del libro. ¡Me pareció una historia súper entretenida! Y creo que, en todas las reseñas que he leído hasta ahora, coinciden en lo mismo que yo.

La historia parte con dos amigas, Sophie, una bella y engreída campesina que desea ser la princesa de un cuento de hadas, y Agatha, la jovencita rechazada por el pueblo que solo quiere estar en paz con su familia y su gato Muerte. Todos en la aldea están convencidos de que ella sería una villana perfecta en la Escuela del Mal, y Sophie, como es preciosa, es muy buena candidata para la Escuela del Bien. Finalmente, ambas son secuestradas por el temido Director, quien las elige para que pertenezcan a su famosa escuela y así ser personajes de algún cuento de hadas. Gran sorpresa gran es la de ambas chicas cuando Sophie termina en la Escuela del Mal y Agatha en la Escuela del Bien, ¡a la inversa! No solo desentonan con las características de los propios castillos, sino que ellas mismas intentan revertir la situación porque sienten que no pertenecen allí.

Sin embargo, mientras que el mayor deseo de Sophie es el de ser una princesa y no una bruja, Agatha no tiene grandes aspiraciones y desea con todo su ser volver a su casa. Esa diferencia hará que su estadía allí se prolongue mucho más de lo debido y se generan situaciones inesperadas entre ambas.

Personajes hay de los más conocidos y pintorescos, brujas viejas y horrorosas, princesas, hadas, lobos y todo tipo de criaturas que seguro en algún momento habrán oído nombrar. Me encantó sobre todo la aparición de los personajes del Director y el Cuentista, cuya pluma y mente se encargan de dar forma a todo cuento de hadas que caerá luego en manos de un Lector.

El autor juega con los opuestos y con todos los clichés de los cuentos de hadas: que la belleza y la elegancia estén asociadas siempre al Bien y la fealdad al Mal, que las princesas tengan que ser finas y delicadas y las brujas brutas y hoscas, que el Bien tenga materias como “Hablar con los animales” y el Mal “Afeamiento”, etc.


“El Mal ataca. El Bien defiende.

El Mal castiga. El Bien perdona.

El Mal lastima. El Bien ayuda.

El Mal quita. El Bien ofrece.

El Mal odia. El Bien ama.”

(Chainani 2013, pág. 157)


Hasta se da el lujo de criticar los estereotipos de la literatura fantástica, sobre todo con las princesas que no deben defenderse, sino aguardar a que su “príncipe” lo haga, o el hecho de que si no tienen pretendiente para el gran Baile sea la mayor deshonra y queden aplazadas (mientras que los príncipes solo obtienen un castigo menor) y, el más importante, que todo sea llevado a los extremos de que “o sos bueno o sos malo”, que todo sea blanco o negro y no existan los grises. El autor se encarga de crear personajes meramente humanos, llenos de virtudes y defectos por lo que no pueden ser encasillados con facilidad. Y eso es el principal problema que encuentran los profesores cuando descubren que las enseñanzas de tantos años en crear héroes y villanos está en la cuerda floja y por perder sentido.

¿Por qué una bruja tiene que ser rechazada, no puede ser linda y participar de un baile como todos los demás? ¿Por qué una heroína y una villana no pueden ser amigas? ¿O que exista una pareja? ¿Por qué alguien que no cumpla con los “estándares de belleza” no es digna de ser princesa? ¿Quién es el que establece esos parámetros? ¿Y qué sucede con quienes no logran ser protagonistas?
¿Qué pasa cuando el Bien actúa como Mal, y el Mal actúa como Bien?

El tema de los prejuicios está a la orden del día y, además, critica la necesidad de que haya una muerte para que exista un final feliz en el que, claramente, muere el villano por supuesto, para que ese final sea digno del Bien.

La edición es muy bonita, sobre todo la portada; tiene ilustraciones en todo el libro incluyendo un mapa y, como novela, me pareció súper original, creativa y divertida, me he encontrado riéndome sola a medida que iba leyendo. ¡Me encantó! Salvo el final… siento que fue muy abrupto, o posiblemente esperaba otra cosa… Pero ahora que sé que son cinco libros, ¡igualmente muero de ganas por leerlos a todos!

A quienes gustan de los cuentos de hadas, vayan a leerlo, ¡recomendadísimo!


VALORACIÓN:    ✰ ✰    


lunes, 19 de agosto de 2019

- RESEÑA - Stranger Things: Mentes peligrosas, de Gwenda Bond




“Verano de 1969. La guerra causa conmoción entre los jóvenes estadounidenses. 
Terry Ives, la estudiante de un tranquilo campus universitario en el corazón de Indiana, no puede estar más lejos del frente de Vietnam y de las protestas en Washington.

Pero el mundo está cambiando y Terry no se conforma con ser una mera espectadora. Cuando se entera de que el gobierno llevará a cabo un importante experimento en la pequeña población de Hawkins, se presenta voluntaria (…)”.

                                                                                                               Foto: María Laura Arias                                           

RESPIRA

GIRASOL

ARCOIRIS

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Stranger Things es una de mis series favoritas, cuya historia, personajes, ambientación ochentosa, y muchas otras cosas más hicieron que se ganaran todo mi cariño, y no iba a perderme de leer este libro que fue anunciado ni bien salió el estreno de la tercera temporada. Sin embargo, les confieso que soy de desconfiar bastante —soy desconfiada por naturaleza— de este tipo de adaptaciones ya que acompañan toda una campaña de marketing inevitable. PERO, y lo escribo así de grande porque lo amerita, ¡gran sorpresa, gran! me llevé en cuanto empecé a leerlo. ¡No podía dejar de leer! El libro te atrapa y mucho, aunque ya sepamos cómo va a terminar todo, porque se trata de una precuela. Mis felicitaciones a la escritora por plasmar tal cual el universo de Stranger Things en una historia rebuscada y complicada.

Mentes peligrosas tiene una edición preciosa, con capítulos separados con un efecto viejo o raído, como si fueran archivos de un expediente, en este caso, del experimento del laboratorio de Hawkins.

Nos encontramos nuevamente con Terry Ives, la mamá Once, pero en una versión adolescente con mucha energía, ambiciones y deseos de cambiar el mundo a su manera. Es esa misma ambición, y terquedad, con una mezcla de curiosidad la que la lleva a participar como voluntaria del macabro experimento del inescrupuloso Dr. Brenner. Terry sabe desde el principio que algo anda mal, pero la paga por haberse inmiscuido es buena, por lo que decide continuar, de hecho “agradece” la oportunidad. Y es todo lo extraño que allí sucede lo que la motiva a develar el misterio y adentrarse más en las profundidades. Afortunadamente no se encuentra sola, ya que entabla amistad con los otros participantes del experimento: Alice, una mecánica genio que posee visiones, Gloria, una estudiante de raza negra muy inteligente que desea ser admitida en la universidad y Ken, un muchacho hippie con una supuesta sensibilidad fuera de lo normal. El grupo es completado por el apoyo incondicional de Andrew, el enamorado de Terry.

Es así como los adolescentes se unen en medio de un ambiente incierto, oscuro y aterrador mientras les suministran drogas y electrochoques para que sus mentes puedan abrirse a lo desconocido y elevar sus capacidades. De verdad que la historia resulta ser mucho más siniestra que en la serie televisiva. La autora narra con total detalle el tema de las inyecciones, los choques, lo que sienten, los desvaríos, a medida que vas leyendo da un poco de impresión, ¡y te preguntas por qué con todo eso es que los personajes continúan estando ahí! Pero como todos sabemos el final, el hecho de que sigan adelante es parte de lo que acontece después, con el personaje de Once…


“—Quieren convertirme en máquina. Pero ya lo soy. Todos lo somos”.

(Bond, 2019. Pág. 63)


A nivel escritura, la autora al punto, no se da con rodeos y nos llena de palabras clave, diálogos, títulos, menciones que son claramente presagios foreshadowing, es el término en inglés— de lo que sucederé años más tarde. Basta con hojear las primeras páginas y, más adentrada en la historia, ver el recurso muy utilizado a través del personaje de Kali, la hermana de Once, Ocho. Aquí la niña tiene cinco años y es vital en el desarrollo de la historia para que nuestro equipo de adolescentes comience a entender qué es lo que pasa dentro del laboratorio. Todas las piezas se ensamblan con la ayuda indispensable de esta pequeña de carácter difícil que lo único que desea en el mundo es la compañía de un amigo.

La historia está cargada de suspenso y nos muestra a través de los ojos de Terry cómo lo que empezó como un acto de prueba inocente se termina yendo todo al muere, derrumbándose al igual que la protagonista. Terry se da cuenta muy tarde, de que nunca tuvo el control de la situación y que, tanto los hilos como las manecillas del reloj, están en poder de algo —o alguien— mucho más grande.


“—Nada será justo jamás, ¿verdad?

—No. El mundo no es un lugar justo”.

(Bond, 2019. Pág. 258)


En fin, si son fans de Stranger Things, creo que es un libro que TIENEN QUE LEER. Y si no lo son, ¡también! Creo que está escrito de una forma que no es necesario conocer la historia original, aunque no abunda en descripciones, eso sí, los ambientes se dan por sentados y eso podría llegar a restarle un par de puntos, pero se lee perfectamente igual.

A mí en lo personal me encantó, no me esperaba engancharme tanto. De hecho, me dejó pensando mucho; Mentes peligrosas, te deja un sabor amargo que sabes no podrás contrarrestar con la serie porque ya es obvio lo que pasa. Me gustó el personaje de Terry y también el de Andrew, gracias a ellos sabemos de dónde heredó todo el valor y determinación nuestra pequeña ”El” con poderes. Así que, si les da curiosidad, no lo duden. “No es una adaptación más”, como yo pensaba, sino que enriquece mucho más la historia que tanta emoción nos dio en la pantalla.


VALORACIÓN:    ✰ ✰ 


miércoles, 10 de julio de 2019

-RESEÑA- Comer, rezar, amar, de Elizabeth Gilbert.





                                                                                                          Foto: María Laura Arias
                         
“Dal centro della mia vita venne una grande fontana…”

 (Gilbert 2008; pág. 51)


Esta vez salgo un poco de las temáticas de fantasía y ciencia ficción que tanto me gustan, porque mi idea es explorar otros géneros también. Hace mucho tiempo que tenía deseos de leer este libro, ya que la película, ¡me la habían recomendado muchas –muchísimas- veces! Y fue en una época donde no la estaba pasando muy bien, por lo que no encuentro para nada casual esas recomendaciones de parte de mis amigos debido a que me encontraba en una situación similar a la que se cuenta aquí. Similar en cuanto al haber atravesado un duelo, varios de hecho, haberme cerrado al mundo y, luego, tener la imperiosa necesidad de encontrarte a mí misma primero, antes de abrir el corazón de nuevo (por su puesto que, en mi caso, el viaje fue completamente interno).

Elizabeth Gilbert –Liz-, es nuestra protagonista quien no es nada más y nada menos que la propia autora narrando en primera persona todo lo que le acontece luego de haber lidiado con un par de separaciones que le destrozan el corazón y, por eso, decide emprender un viaje a tres lugares completamente distintos para encontrar el equilibrio: todos lugares cuyos nombres comienzan con la letra “I”: Italia, India e Indonesia, situación que a ella también le parece igual de divertida en el libro. ¿Casualidad o destino? Lo cierto es que le funciona, pero bueno, ¡vamos por partes!

El libro está dividido en 108 abalorios, o japa malas, rosario que se utiliza en la India para rezar y mantenerse concentrado durante las meditaciones y, a su vez, se separa en tres secciones que coinciden con cada uno de los lugares que Liz va visitando. Es así como la historia va subiendo y bajando en intensidad a medida que ella va re-descubriéndose en cada país e interiorizándose en sus costumbres. Y, aunque el ritmo puede ir cambiando de parte en parte, nos encontramos con un proceso de transformación prácticamente real con el que nos es imposible no identificarnos en algún momento.

Porque, ¿quién no ha atravesado por un proceso de separación y cargado con la angustia que sobreviene después? ¿Quién no ha querido controlarlo todo para que volviese la situación desesperante a la normalidad? ¿Volver el tiempo atrás para cambiar las cosas? ¿Quién no se ha llorado todo, dormido todo, comido todo como una especie de zombie para poder avanzar y dejar de ser un fantasma? ¿Quién no ha tenido dudas de cómo seguir dudando de la propia identidad? Con todas esas cuestiones podemos identificarnos con la protagonista desde el comienzo, aun criticándole el hecho de ser demasiado –muy- terca para tratar de sostener situaciones insostenibles.


“Y la pregunta que me hago yo ahora es: ¿Qué me conviene elegir a mí? ¿Qué cosas creo merecerme en la vida? ¿Qué sacrificios puedo hacer y cuáles no?”

(Gilbert, 2008; pág. 96)


En la primera parte de la novela nos encontramos con una Liz perdida y destrozada porque todo el mundo que conocía se le vino abajo. Y uno piensa, sí, puede haber situaciones peores, ¡que las hay! Pero, ¿quién es uno para decidir qué es peor o mejor para cada persona? Liz, una mujer organizada, dependiente y controladora, el tener que experimentar que ya no existe ningún orden en su vida le es fulminante: perdió el sentido de todo lo que conocía y confiaba. Todas sus esperanzas en tener un matrimonio perfecto, el amor perfecto, se vieron derrumbadas cuando tomó la decisión de estar definitivamente sola.


“Nunca olvides que una vez, en el momento más inesperado, te viste a ti misma como una amiga”.

(Gilbert, 2008; pág. 66)


La historia es linda y resulta muy divertido cómo lo va contando ella, con sus expresiones de turista curiosa que quiere verlo todo, a medida que va conociendo gente y las costumbres de cada país. El proceso que vive en cada lugar resulta necesario para su transformación: de ser un fantasma pasa a estar rebosante de energía en Italia, disfrutando y comiendo todo lo que está a su paso, lo que resulta fundamental para su próximo destino, y el siguiente. Liz sabe que, si no hubiese ido a recuperar fuerzas en Italia, no hubiese podido aguantar la exigencia física y espiritual en la India. Y ahí volvemos a algo fundamental, cuando uno está angustiado y deprimido, lo primero que hacemos es quitar el alimento de nuestro estómago. Dormimos mal, comemos mal, vemos todo gris. Liz está decidida a atravesar ese proceso y va obligándose a conectarse con algo primario como la comida, y empieza, de a poco, a disfrutarla, a encontrar placer en las pequeñas cosas, en las charlas con amigos, las salidas, el hacer una nueva actividad –el aprendizaje de un idioma-, el darle importancia al descanso… Aun cuando la voz responsable en su cabeza le insista en que está perdiendo el tiempo haciendo todo eso, que no sirve, el cuerpo y su alma se lo están pidiendo a gritos: “toma tiempo para vos”.

Es así como, una vez recuperada, decide emprender su viaje a la India para equilibrar su parte espiritual. En esta parte del libro se me hizo el ritmo demasiado lento y, quizás sea porque yo tampoco soy fan de la meditación… Aquí Liz también se obliga concentrarse, a hacer todas las tareas encomendadas con responsabilidad trabajando incansablemente hasta altas horas de la noche. Comienza a rezar y a meditar tratando de seguirle el ritmo a todos, aunque le resulte totalmente tedioso, emoción que se transmite en las páginas y hace perder parte de la “chispa” con la que venía la narración desde Roma. Pero es cierto, en la India es muy difícil que una estadía sea divertida: el choque cultural es muy grande.




Rezar es bastante fácil cuando estás triste, pero seguir rezando después de una crisis nos sirve para afianzar los logros espirituales.”


(Gilbert, 2008; pág. 277)



En la última parte, en Indonesia, Liz está más cerca de encontrar el equilibrio tan buscado, por lo que las cosas se empiezan a acomodar de una manera insospechada. Y creo fervientemente que es así como funciona todo: cuando una persona está bien consigo misma, la manera de percibir el mundo cambia, la vibración cambia, y es entonces que el mundo empieza a adaptarse a la nueva versión de uno –lo digo por experiencia propia también-. El amor que ella tanto ansiaba empieza a manifestarse de muchas formas.


                                

“La felicidad es consecuencia de un esfuerzo personal. Luchas para conseguirla, te esfuerzas, insistes en encontrarla y hasta viajas por el mundo buscándola. Participas en la manifestación de tus propios dones. Pero, cuando alcances la felicidad, tienes que luchar a brazo partido para mantenerla, procurando nadar siempre a favor de la corriente en el río de tu felicidad, para mantenerte a flote.”

(Gilbert, 2008; pág. 277)


El libro tiene una narración sencilla con anécdotas, personajes pintorescos, y descripciones abundantes de costumbres y ritos de cada lugar visitado, y se hace ameno de leer al estar mezclados con los pensamientos de la protagonista a medida que va conociendo todo. Lo considero como de “lectura rápida”: es una linda historia para pasar el rato y leer en el colectivo, por ejemplo. La historia en sí no me emocionó como pensaba, o quizás porque puse muchas expectativas, pero me agradó la lectura, se deja leer, fluye. No conecté al 100% con el personaje de Liz, aun cuando resultó ser una mujer inteligente e ingeniosa, no me simpatizó mucho su melancolía y su manera de vincularse con las personas; la percibí demasiado fantasiosa y naive, en algunas ocasiones, oscilante, "que sí que no" (actitud que se revierte hacia el final del libro cuando empieza a tomar firmeza en las decisiones, afortunadamente).

No considero que sea un libro de los que sean sí o sí sea necesario leer, pero creo que, si lo haces, te encontrarás con una historia motivadora con la que puedes identificarte fácilmente, y donde encontrarás mensajes bellos como: vive la vida, disfruta de las pequeñas cosas, de los momentos, viaja, atrévete al cambio y, por sobre todas las cosas, ama, inúndate en amor porque, en la vida, lo es todo.
                         

VALORACIÓN:  




jueves, 14 de febrero de 2019

- RESEÑA - El rey de los bufones, de Tanja Kinkel



¿Existe un poder misterioso que amenaza Fantasía? Aunque los rumores y los indicios se multiplican, nadie en Siridom está dispuesto a preocuparse seriamente por ello. Solo la joven Res, que en realidad debe convertirse en una de las célebres tejedoras de Siridom, se da cuenta del inmenso peligro que corren todos los habitantes de Fantasía.

En un tapiz antiquísimo que relata una historia olvidada desde tiempo inmemorial, descubre un secreto muy bien oculto: la Nada ya provocó terror y destrucción en otra ocasión. Pero en esa época existía un héroe valiente, un rey que pudo salvar Fantasía. Res está dispuesta a averiguar cómo ocurrió y para ello debe realizar un increíble viaje lleno de peligros.


                                                                       Foto: María Laura Arias

En esta oportunidad les traigo “El rey de los bufones”, de Tanja Kinkel, el primer libro de la trilogía de Leyendas de Fantasía: una serie de narraciones escritas por distintos autores que fueron seleccionados para seguir la misma línea de la obra creada por el genial Michael Ende y expandir su universo. Lamentablemente, desconocía que era una trilogía y solo leí este libro… ¡no tengo idea de lo que pueden tratar los otros! Espero poder leerlos algún día.

La autora se encarga de darle vida a la historia de una niña llamada Res, una tejedora de Siridom deseosa de vivir aventuras fuera de su ciudad natal. Tan grande es el deseo de Res en salir de su aldea y conocer el mundo que, al descubrir en un tapiz antiguo que la Nada está atacando de nuevo, no duda en salir de su pueblo y buscar al Emperador Perdido que pueda salvar a Fantasía.


“En tu final reposa tu comienzo”

(Kinkel 2004, pág. 337)


Es así como la muchacha emprende un viaje echada a su suerte y acompañada de tan solo una cesta de mimbre con algunas provisiones y con un gato amarillento llamado Ronrón, con el que mantiene una comunicación de manera telepática. Son muy divertidos los diálogos que mantienen ambos, aunque a veces Ronrón peque de ser malhumorado y caprichoso. Pronto, también la acompañará un personaje un tanto peculiar y totalmente desorientado, el monje Yen-Tao-Tsu, quien, al principio, suele decir nada más que incoherencias. Sin embargo, préstenle atención a este hombre porque logrará revelar información importante para el objetivo final del viaje y así encontrar –o no– al Emperador Perdido.

Los lugares y los personajes con los que este trío se irá cruzando son de lo más coloridos y pintorescos y la autora no falla en describir ciudades y pueblos que podrían existir tranquilamente en el mundo creado por Michael Ende. Sí considero que pudo haber sido un poco cruda con respecto a la pobre Res, ya que la niña tiene que atravesar situaciones duras y extremas en las que, indefectiblemente, va afirmando su carácter y madurando de golpe. No obstante, nunca se pierde aquella ternura que la caracteriza y logra evocar momentos sumamente conmovedores.  


“Yo tenía un objetivo y también renuncié a él. Llegas a un punto en el cual lo único que quieres es algo tangible, algo que puedas sostener con las manos. No la salvación para todos, no la libertad para todos, no gobernar o cometer actos heroicos: lo único que quieres es volver a abrazar a los seres queridos. Y eso es todo.”

(Kinkel 2004, pág. 332)


El libro no deja respiro en cuanto a las aventuras: sucede una tras otra entretejiéndose entre sí como un maravilloso telar. Res y los demás están constantemente en movimiento en una búsqueda contrarreloj: la Nada cada vez se encuentra más cerca y no hay tiempo que perder. Durante el viaje, ella se va haciendo de amigos que le brindan ayuda y, además, de otros enemigos (bastantes, diría yo) que la acechan una y otra vez, obligándola a acelerar el paso más de lo que esperaba. Esa ansiedad desesperada por salvar a Fantasía, por encontrar la solución a todos los problemas y que todo vuelva a ser como era antes, se transmite de principio a fin.

Res va aceptando que, lamentablemente, hay cosas que están más allá de ella y que ya no desea ser una heroína ni le resulta atractivo obtener reconocimiento por sus hazañas, sino que lo que más quiere en el mundo es que la paz y el orden se restablezcan.


“Dime, ¿acaso no es más fácil descubrir el secreto que tienes ante ti que perseguir otro misterio cuya naturaleza no puedes cambiar?

(Kinkel 2004, pág. 25)


La autora retoma el concepto de opuestos utilizado por Ende a través de imágenes reflejadas en el espejo: dentro del bien, existe el mal y viceversa. Nuestros personajes tienen siempre un antagonista que tratan de aceptar e incorporar a sí mismos para seguir adelante y crecer: todos luchan contra su propia sombra. Y tanto la Emperatriz Infantil y el Anciano Errante son mencionados como los grandes creadores de Fantasía que no pueden existir el uno sin el otro.


“La Emperatriz Infantil es el origen de Fantasía, la fuente a través de la cual se genera todo lo que existe en este mundo, absolutamente todo. En cambio, el Anciano es el final. Él apunta todo lo que ocurre, y en el momento que lo escribe deja de ser la realidad viva para convertirse en historia. Ella es el cambio eterno. Él es lo inmutable.”

(Kinkel 2004, pág. 338)


Por último, les comento que la historia se entrelaza sutilmente con la trama original de Ende,  a través de la búsqueda del Emperador Perdido y por qué no, del mismo Bastian viajando en caravana. Además, es importante la aparición del personaje secundario de la soberana de Kading, a quien varios fantasios le encuentran cierto parecido con la temible bruja Xayide.

En resumen, es un libro que me gustó mucho cuando lo leí hace un par de años. Tuve que leerlo de nuevo ya que había varias cosas que no recordaba y me resultó muy amena la lectura, percibiendo detalles que antes no había notado. Ahora me da curiosidad por saber qué pasa en los otros dos, si los encuentro, ya dejaré mi opinión por acá también.


“¿De verdad crees que puedes ir en busca de algo perdido sin perderte?”

(Kinkel 2004, pág. 67)




VALORACIÓN:  ✰✰✰

domingo, 3 de febrero de 2019

- RESEÑA - Máquinas mortales, de Philip Reeve





Londres es una ciudad sobre ruedas: una ciudad como nunca has visto. Tras la terrible Guerra de los Sesenta Minutos, las ciudades que resistieron al apocalipsis se convirtieron en depredadoras, persiguiendo a otras menores y alimentándose de ellas.

Londres, una de las sobrevivientes, se encuentra a la caza de una pequeña urbe cuando Tom se topa con la joven asesina. Ambos terminarán en la Región Exterior, un páramo desolador marcado por las huellas de las ciudades ambulantes. Este es el comienzo de una gran aventura para estos dos chicos, que tendrán que aliarse para no morir.




A ver, ¿qué decirles? Con este libro tengo emociones encontradas… Este título es la primera parte de una tetralogía, repleta de aventuras y de, ¿por qué no? Movimiento. Porque así reza el lema de toda ciudad tracción en esta historia, en especial, Londres: “¡el movimiento es la vida!”. ¿Resulta difícil imaginar una ciudad con ruedas, desplazándose a su antojo? Bueno, les cuento que mientras iba leyendo visualizaba algo parecido a El Castillo Ambulante de Howl, aunque en este caso resultaría ser un objeto de proporciones mucho más grandes, ¿no? Y así es como sucede, las ciudad-tracción vagan por el mundo buscando recursos para sobrevivir –que escasean cada vez más- y son comidas unas por otras; esta metodología se denomina “darwinismo municipal” y, lógicamente, sobrevive la ciudad más fuerte. La ciudad que resulta comida por la más grande es totalmente desmantelada, aportando todo tipo de recursos a la ciudad vencedora. Y así es como funciona el mundo en esta historia, desde que Londres se convirtiese en la primera ciudad-tracción gracias al ingeniero llamado Nikolas Quirke.


Londres está en movimiento. Su presa podrías ser tú.


Me hubiese gustado que se relatara más sobre la Guerra de los Sesenta Minutos, el hecho apocalíptico que devino en toda esta cacería y lucha de lo “nuevo contra lo viejo”. En este libro, pese a ser introductorio de la saga, no sucede así, y uno tiene que andar atando cabos e imaginando qué pudo haber sucedido…

En esta historia, el mundo se encuentra dividido en gremios: los Ingenieros, que avalan y experimentan con la nueva tecnología defendiéndola a muerte, asegurando que de ella depende el futuro y la supervivencia de la especie: y, por otro lado, los Historiadores, quienes están totalmente en contra y prefieren preservar los orígenes y las raíces. Este último grupo también es fuertemente representado por los Anti-traccionistas, quienes, como lo indica su nombre, desean detener toda forma de ciudad-tracción y el salvaje darwinisimo municipal donde Londres toma un papel crucial en esta guerra (por ser la primera y la más peligrosa de todas las ciudades). Los Anti-traccionistas resultan ser una organización aparte que aúna fuerzas y armamento en varias partes del globo, consolidándose como el enemigo principal de la ciudad de Londres.

No cuesta creer que la tecnología se haya convertido en una religión para las personas. Quirke, el fundador de Londres, es considerado un dios, al igual que muchos otros cuyos nombres no se mencionan en el libro, salvo Clio, una diosa que es empujada en un constante retroceso hacia el futuro por la tormenta del progreso. De nuevo, lo viejo contra lo viejo.

Hasta acá es un pantallazo de las fuerzas que intervienen en la historia en la que los personajes de Tom Natsworthy y Hester Shaw son protagonistas.

Hester Shaw, una adolescente con una cicatriz enorme en la cara, hace su aparición en Londres para acechar a una presa por una venganza personal. El joven historiador Tom Natsworthy, sin saber los motivos de la muchacha, interfiere en sus planes y terminan los dos fuera de Londres, sobreviviendo casi por casualidad. Mientras que para Tom es la primera vez que se encuentra fuera de su hogar, Hester está acostumbrada a vagar sin rumbo y a la crudeza de la Región Exterior. De ahí en más, se trata de ellos vagando de un lado al otro, siendo arrastrados en una especie de corriente de la que meramente logran sobrevivir, con mucha ayuda –demasiada- obtenida y suerte.

El personaje de Tom es muy inocente, demasiado para mi gusto. Un aprendiz de historiador que, sin saberlo ni apreciarlo, está acostumbrado a la buena vida y a tener comodidades que otras personas en ese mundo sueñan con tener. Cuando sale de Londres, comienza a conocer el mundo exterior tal cual es: con su crueldad, sus necesidades, su desesperación. Sin embargo, pese a todo esto y que Hester le contó su terrible historia y los motivos de su cacería personal, sigue ilusionado y simpatizando con los líderes con los creció y no acepta otras visiones; Tom continúa defendiendo a la maravillosa Londres, volviéndose un personaje totalmente negador de los acontecimientos. ¡Logra aceptar la realidad recién al final de la historia! Eso me exasperó, vamos, se encuentran pruebas durante todo el libro, ¿qué más te hace falta? Y el autor mencionándolo como “Pobre Tom…” como si fuera un nene pequeño.

Resalto el hecho que, de a poco –muy, de a poco- él empiece a tomar decisiones propias y a salir de su burbuja personal. Es loable cómo se va encariñando con Hester, teniendo otra visión de ella que nadie jamás había tenido; con sus personalidades opuestas, me pareció que juntos hacían una linda pareja. Y ahora vamos con ella: la ruda y valiente jovencita, Hester Shaw. Pese a no tener mucho diálogo, es un personaje que habla prácticamente por sus acciones, sus miradas frías y dolidas, sus silencios que marcan distancia. Es un personaje sufrido que encuentra en la venganza el único motivo para seguir viviendo hasta que se topa con Tom. Con él, su carácter empieza a suavizarse y percibir otras opciones, a desear momentos que antes no apreciaba, porque no podía o estaba cegada por su dolor.


“Pobre Tom. Estás aprendiendo lo que Valentine me enseñó a mí hace tantos años: 
que no puedes confiar en nadie.”

(Reeve, 2001. Pág. 207)


Como enemigo de turno, encontramos a Valentine, uno de los líderes de Londres, y a su hija, Katherine. Estos dos personajes me gustaron mucho por su evolución, pero sobre todo Kate, quien merece un apartado especial. Mientras Tom y Hester se encuentran en las afueras de la ciudad tratando de volver, Katherine realiza su propia investigación de los acontecimientos e intenta detener los terribles planes de su padre y del alcalde. Es una muchacha muy dulce y decidida que nos relata a través de su mirada la diferencia de clases sociales que existen en Londres, el maltrato, la pobreza, la crueldad de los líderes cuyo poder ciego y descontrolado está llevando a la raza humana a su propia destrucción. El lector descubre lo que pasa dentro de Londres gracias a Kate, quien resulta ser la única persona que revela toda la verdad acerca de ella y de su familia, y de la nueva arma conocida como MEDUSA. Su presencia es fundamental en esta historia: ella es el núcleo entre todas las partes y sabe perfectamente que es la única que puede detener la amenaza que destruirá todo lo conocido.

Los capítulos están intercalados entre lo que pasa adentro y afuera de Londres. Es tanto el movimiento que llevan Tom y Hester de un lado al otro desde el comienzo que me pareció aburrido, sinceramente, me era mucho más atractivo lo que pasaba dentro de la ciudad que afuera. Otros sucesos me resultaron predecibles sí, pero me sorprendió gratamente cómo se fue desarrollando la historia hacia el final, donde todo converge y una acción se sucede a continuación de la otra de manera trepidante. Allí el autor se luce y termina siendo un final prácticamente apocalíptico.






En síntesis, creo que es un libro que tiene mucho potencial en cuanto a ideas y en la creación del mundo, pero no creo que haya estado bien aprovechado, dudo mucho seguir leyendo los libros siguientes. Hay mucho cabo suelto, el estilo de escritura del autor me pareció chato, le falta profundidad, y pese a que existe mucha acción desde el primer momento no disfruté la lectura como pensaba. Sí me pareció muy interesante visualmente; las descripciones son muy certeras, pude imaginarme todo con total naturalidad y los temas que se suelen tratar en la literatura steampunk tales como: el poder de las máquinas, la ambición del hombre, la diferencia de clases sociales, la lucha de lo nuevo contra lo viejo, etc. son igualmente desarrollados. Creo que me gustaría ver la adaptación en el cine porque merece una oportunidad a nivel visual, aunque tengo dudas sobre el guion, si ya de por sí el libro no es atractivo, no sé si podrán darle mejor forma en la película…



VALORACIÓN:  ✰✰

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