Foto: María Laura Arias
“Como agua para chocolate” es mi primer
encuentro con la literatura mexicana y no me defraudó en lo absoluto. Me
encantó su lectura; esta novela es ¡entrañable y hermosa! La escritora Laura Esquivel nos trae una trama repleta de realismo
mágico, de amores imposibles, mandatos y costumbres familiares que intentan ser
cambiados.
La historia se
desarrolla en el medio de la revolución mexicana y se centra en una familia rural
muy conservadora compuesta únicamente por mujeres. Desde las primeras páginas conocemos a Tita, nuestra protagonista, a partir de
su nacimiento y su conexión nata con la cocina, lugar donde la cuida y nutre Nacha
desde bebé, la cocinera y única persona que conoce como figura materna. Ese
lugar se convierte en su refugio y es donde se origina toda la magia que
podemos disfrutar a lo largo de la novela. Porque Tita vino al mundo rodeada de “olores a especias, aromas de sopa y cebolla”,
siendo la única mujer de la familia capaz de aprender los saberes ancestrales y
así mantener viva la tradición.
El entorno familiar se completa con María
Elena, madre sumamente estricta y con carácter complicado, la líder del clan;
Rosaura y Gertrudis, hermanas mayores de Tita, y Chencha, sirvienta del rancho.
Tan fuerte es el peso
del mandato familiar que, cuando Tita se enamora de Pedro, se encuentra con la
dificultad de no poder corresponderle por el hecho de ser la encargada del
cuidado de su madre hasta el fin de sus días, solo por el hecho de haber nacido
como la hija menor.
Pero Tita es una mujer fuerte que desea
con todo su corazón romper esa tradición tan injusta y se enfrenta a la única
persona capaz de liberarla: su misma madre, María Elena. Esta señora particular
se trata de un hueso muy duro de roer –imposible diría yo–, con un carácter
feroz y haciéndolo todo tan complicado para la pobre Tita, quien con su generosidad
y dulzura intenta zafarse de las situaciones con una creatividad increíble.
La magia en esta
historia no molesta, sino que fluye de manera sencilla y creativa entre lo que
va sucediendo; hubo
escenas que me parecieron muy divertidas. La autora se encarga de narrar todo
de forma tan natural que, incluso lo sorprendente de la magia queda como algo
totalmente normal, incluso para la época en la que se sitúa la historia. Los
personajes son carismáticos y logras identificarte con la mayoría, o al menos
entenderlos. Con el único que no pude conectar es con el enamorado de Pedro,
quien solo consigue alejarse más del amor de Tita debido a sus elecciones
equivocadas.
El libro está dividido
en las 13 mejores recetas de Tita como introducción a cada capítulo. Algunas pude relacionarlas con el
contexto, otras sinceramente no encontré relación, pero posiblemente sea
porque, o no hay relación alguna, ¡o es porque no conozco casi nada de la
cocina mexicana! —que creo que resulta más probable—.
En síntesis, es un
libro fresco, de lectura ligera, muy divertido y elocuente que vale la pena
leer. Hay escenas que no te las ves venir y al final, te deja esa bella
sensación de lo que es el amor apasionado y ardiente por el que vale la pena
vivir y arriesgarlo todo.
VALORACIÓN: ✰ ✰ ✰ ✰
VALORACIÓN: ✰ ✰ ✰ ✰

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