Foto: María Laura Arias
Cuenta la leyenda que el escritor Soman
Chainani creó su propia materia llamada “Cuentos de Hadas” mientras estudiaba
en la Universidad de Harvard, de la cual se graduó con honores de la carrera de
Literatura Americana e Inglesa. Y es gracias a ese amor por este mundo
fantástico y su gran talento para plasmar historias, que escribió este libro
increíble de una saga compuesta por cinco tomos. La Escuela del Bien y del Mal,
es el primero de esta pentalogía llena de magia y aventuras.
Les confieso que en un par de días nada más,
¡me lo devoré! Con sus 476 páginas se trata de un libro extenso, pero en cuanto
pasas la primera página te atrapa. Se
nota enseguida que está escrito de una manera amena y divertida, con diálogos
frescos e inteligentes y sorpresas por doquier, desde el principio hasta el
final del libro. ¡Me pareció una historia súper entretenida! Y creo que, en
todas las reseñas que he leído hasta ahora, coinciden en lo mismo que yo.
La historia parte con
dos amigas, Sophie, una bella y engreída campesina que desea ser la princesa de
un cuento de hadas, y Agatha, la jovencita rechazada por el pueblo que solo
quiere estar en paz con su familia y su gato Muerte. Todos en la aldea están convencidos
de que ella sería una villana perfecta en la Escuela del Mal, y Sophie, como es
preciosa, es muy buena candidata para la Escuela del Bien. Finalmente, ambas son secuestradas por el temido
Director, quien las elige para que pertenezcan a su famosa escuela y así ser
personajes de algún cuento de hadas. Gran sorpresa gran es la de ambas chicas cuando
Sophie termina en la Escuela del Mal y Agatha en la Escuela del Bien, ¡a la
inversa! No solo desentonan con las características de los propios castillos,
sino que ellas mismas intentan revertir la situación porque sienten que no
pertenecen allí.
Sin embargo, mientras que el mayor deseo de
Sophie es el de ser una princesa y no una bruja, Agatha no tiene grandes
aspiraciones y desea con todo su ser volver a su casa. Esa diferencia hará que
su estadía allí se prolongue mucho más de lo debido y se generan situaciones inesperadas
entre ambas.
Personajes hay de los más conocidos y
pintorescos, brujas viejas y horrorosas, princesas, hadas, lobos y todo tipo de
criaturas que seguro en algún momento habrán oído nombrar. Me encantó sobre todo la aparición de los personajes del Director y el
Cuentista, cuya pluma y mente se encargan de dar forma a todo cuento de hadas
que caerá luego en manos de un Lector.
El autor juega con los
opuestos y con todos los clichés de los cuentos de hadas: que la belleza y la elegancia estén
asociadas siempre al Bien y la fealdad al Mal, que las princesas tengan que ser
finas y delicadas y las brujas brutas y hoscas, que el Bien tenga materias como
“Hablar con los animales” y el Mal “Afeamiento”, etc.
“El
Mal ataca. El Bien defiende.
El
Mal castiga. El Bien perdona.
El
Mal lastima. El Bien ayuda.
El
Mal quita. El Bien ofrece.
El
Mal odia. El Bien ama.”
(Chainani
2013, pág. 157)
Hasta se da el lujo de
criticar los estereotipos de la literatura fantástica, sobre todo con las princesas que
no deben defenderse, sino aguardar a que su “príncipe” lo haga, o el hecho de
que si no tienen pretendiente para el gran Baile sea la mayor deshonra y queden
aplazadas (mientras que los príncipes solo obtienen un castigo menor) y, el más importante, que todo sea llevado
a los extremos de que “o sos bueno o sos malo”, que todo sea blanco o negro y
no existan los grises. El autor se encarga de crear personajes meramente
humanos, llenos de virtudes y defectos por lo que no pueden ser encasillados
con facilidad. Y eso es el principal problema que encuentran los profesores
cuando descubren que las enseñanzas de tantos años en crear héroes y villanos
está en la cuerda floja y por perder sentido.
¿Por qué una bruja tiene que ser rechazada, no
puede ser linda y participar de un baile como todos los demás? ¿Por qué una heroína y una villana no
pueden ser amigas? ¿O que exista una pareja? ¿Por qué alguien que no cumpla
con los “estándares de belleza” no es digna de ser princesa? ¿Quién es el que
establece esos parámetros? ¿Y qué sucede con quienes no logran ser protagonistas?
¿Qué pasa cuando el
Bien actúa como Mal, y el Mal actúa como Bien?
El tema de los prejuicios está a la orden del
día y, además, critica la necesidad de que haya una muerte para que exista un
final feliz en el que, claramente, muere el villano por supuesto, para que ese
final sea digno del Bien.
La edición es muy bonita, sobre todo la portada; tiene
ilustraciones en todo el libro incluyendo un mapa y, como novela, me pareció
súper original, creativa y divertida, me he encontrado riéndome sola a medida
que iba leyendo. ¡Me encantó! Salvo el final…
siento que fue muy abrupto, o posiblemente esperaba otra cosa… Pero ahora que
sé que son cinco libros, ¡igualmente muero de ganas por leerlos a todos!
A quienes gustan de los cuentos de hadas, vayan a
leerlo, ¡recomendadísimo!
VALORACIÓN: ✰ ✰ ✰ ✰ ✰

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