Incursionando por primera vez en la literatura coreana, hoy les traigo este libro muy tierno llamado “La única en La Tierra”, de Chung Serang, publicado por Hwarang Editorial.
En esta
historia romántica y particular de ciencia ficción, nos encontramos con Hana,
una diseñadora de indumentaria quien realiza arreglos de ropa a la gente para
perdurar lo máximo posible los recuerdos felices de quiénes pertenecieron. Esa
personalidad conservadora contrasta con la de su pareja actual, Kyeongmin,
quien siempre tiene la vista puesta en otro lado que no sea la realidad ni el
presente. Precisamente es eso lo que lleva a que suceda algo con Kyeongmin y que
provoca que su relación cambie para siempre.
La lectura
es fresca, divertida y, aunque mezcle tintes de ciencia ficción se termina
haciendo natural (lo que me chocó un poco, ¡es que los personajes reaccionen
como si nada!). Los capítulos son cortos y se leen súper rápido. Me gustó que
muchas de las cosas giraran en torno a momentos de la vida cotidiana, dejando
la enseñanza de que, en la sencillez, la tranquilidad y el amor del que nos rodeamos
día a día está el secreto de todo.
“El
Universo es enorme, pero hay cosas que solo se pueden decir de frente y mirando
a los ojos”.
(Chung
2020, página 101)
Otro
aspecto importante a destacar es la perspectiva ecologista sobre el planeta
Tierra y que nosotros como humanos deberíamos llevar con más ahínco y cuidado.
Ese “llamado de atención” lo lleva la autora de la mano de Hana, su
protagonista, quien busca dejar un mundo mejor a las generaciones posteriores.
Yuri, la
mejor amiga de Hana, es un personaje que vale destacar. Ya desde el vamos posee
una personalidad franca y directa, cuidando y protegiendo a Hana como su
hermana más querida durante toda la vida y más.
Y también
me encantó el nuevo Kyeongmin, super dulce y dispuesto a todo por complacer al
amor de su universo. Aunque con su aparición, la autora deja entrever algo
perturbador, el unheimlich, “lo siniestro” según Freud. Que significa nada más
y nada menos que lo que se manifiesta de algún modo de una forma extraña,
finalmente no nos resulte así, por ser similar a algo que nosotros percibimos
como conocido. Es así como la línea del pasado (los recuerdos) termina
amalgamándose con el presente, haciéndonos dudar y convirtiendo esos recuerdos
en fantasmas en una línea muy fina con lo que estamos viviendo. Hecho que le
sucede a Hana en el proceso de entender todo lo que le estaba ocurriendo.
Cabe
mencionar también a Apolo (nombre que hace referencia al dios del Sol, en la
mitología griega) cuyo personaje “brilla” por su ausencia, y es quien pone en
movimiento sin quererlo (o no) a gran parte del entramado. Y su representante,
Juyeoung, nos muestra un paralelismo de cómo es estar girando alrededor de algo
o de alguien como si no existiese nada más, como si fuésemos simplemente un
satélite en su área gravitatoria. ¿Quién no se ha sentido alguna vez así?
“Hay series especiales que valen
mucho más que un planeta. Algunos lo entienden, pero yo no tengo la menor duda
al respecto. Quiero irme detrás de mi artista.”
(Chung, 2020. Pág. 123)
La edición
es muy linda, hermosa la portada con colores pasteles. Un prólogo muy
interesante sobre el trasfondo en el que fue escrito el libro y que explica más
detalles que posiblemente nos hayan pasado desapercibidos durante la lectura
(por lo que recomiendo leerlo recién al final).
“La única
en La Tierra” me pareció un libro tierno, carismático, divertido, y por
momentos dramático y melancólico, pero que cuyos personajes llevan la historia
de una manera natural y sincera, en la que transcurren romances, situaciones
simples y cotidianas, estrellas, abrazos, amistades, desconciertos,
fortalecimientos de vínculos, destellos verdes, separaciones, en fin, la vida
misma.
“Ojalá
que todos se animen a volar lejos y encontrarse con la persona que aman”.
(Chung
2020, página 158)
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