jueves, 14 de febrero de 2019

- RESEÑA - El rey de los bufones, de Tanja Kinkel



¿Existe un poder misterioso que amenaza Fantasía? Aunque los rumores y los indicios se multiplican, nadie en Siridom está dispuesto a preocuparse seriamente por ello. Solo la joven Res, que en realidad debe convertirse en una de las célebres tejedoras de Siridom, se da cuenta del inmenso peligro que corren todos los habitantes de Fantasía.

En un tapiz antiquísimo que relata una historia olvidada desde tiempo inmemorial, descubre un secreto muy bien oculto: la Nada ya provocó terror y destrucción en otra ocasión. Pero en esa época existía un héroe valiente, un rey que pudo salvar Fantasía. Res está dispuesta a averiguar cómo ocurrió y para ello debe realizar un increíble viaje lleno de peligros.


                                                                       Foto: María Laura Arias

En esta oportunidad les traigo “El rey de los bufones”, de Tanja Kinkel, el primer libro de la trilogía de Leyendas de Fantasía: una serie de narraciones escritas por distintos autores que fueron seleccionados para seguir la misma línea de la obra creada por el genial Michael Ende y expandir su universo. Lamentablemente, desconocía que era una trilogía y solo leí este libro… ¡no tengo idea de lo que pueden tratar los otros! Espero poder leerlos algún día.

La autora se encarga de darle vida a la historia de una niña llamada Res, una tejedora de Siridom deseosa de vivir aventuras fuera de su ciudad natal. Tan grande es el deseo de Res en salir de su aldea y conocer el mundo que, al descubrir en un tapiz antiguo que la Nada está atacando de nuevo, no duda en salir de su pueblo y buscar al Emperador Perdido que pueda salvar a Fantasía.


“En tu final reposa tu comienzo”

(Kinkel 2004, pág. 337)


Es así como la muchacha emprende un viaje echada a su suerte y acompañada de tan solo una cesta de mimbre con algunas provisiones y con un gato amarillento llamado Ronrón, con el que mantiene una comunicación de manera telepática. Son muy divertidos los diálogos que mantienen ambos, aunque a veces Ronrón peque de ser malhumorado y caprichoso. Pronto, también la acompañará un personaje un tanto peculiar y totalmente desorientado, el monje Yen-Tao-Tsu, quien, al principio, suele decir nada más que incoherencias. Sin embargo, préstenle atención a este hombre porque logrará revelar información importante para el objetivo final del viaje y así encontrar –o no– al Emperador Perdido.

Los lugares y los personajes con los que este trío se irá cruzando son de lo más coloridos y pintorescos y la autora no falla en describir ciudades y pueblos que podrían existir tranquilamente en el mundo creado por Michael Ende. Sí considero que pudo haber sido un poco cruda con respecto a la pobre Res, ya que la niña tiene que atravesar situaciones duras y extremas en las que, indefectiblemente, va afirmando su carácter y madurando de golpe. No obstante, nunca se pierde aquella ternura que la caracteriza y logra evocar momentos sumamente conmovedores.  


“Yo tenía un objetivo y también renuncié a él. Llegas a un punto en el cual lo único que quieres es algo tangible, algo que puedas sostener con las manos. No la salvación para todos, no la libertad para todos, no gobernar o cometer actos heroicos: lo único que quieres es volver a abrazar a los seres queridos. Y eso es todo.”

(Kinkel 2004, pág. 332)


El libro no deja respiro en cuanto a las aventuras: sucede una tras otra entretejiéndose entre sí como un maravilloso telar. Res y los demás están constantemente en movimiento en una búsqueda contrarreloj: la Nada cada vez se encuentra más cerca y no hay tiempo que perder. Durante el viaje, ella se va haciendo de amigos que le brindan ayuda y, además, de otros enemigos (bastantes, diría yo) que la acechan una y otra vez, obligándola a acelerar el paso más de lo que esperaba. Esa ansiedad desesperada por salvar a Fantasía, por encontrar la solución a todos los problemas y que todo vuelva a ser como era antes, se transmite de principio a fin.

Res va aceptando que, lamentablemente, hay cosas que están más allá de ella y que ya no desea ser una heroína ni le resulta atractivo obtener reconocimiento por sus hazañas, sino que lo que más quiere en el mundo es que la paz y el orden se restablezcan.


“Dime, ¿acaso no es más fácil descubrir el secreto que tienes ante ti que perseguir otro misterio cuya naturaleza no puedes cambiar?

(Kinkel 2004, pág. 25)


La autora retoma el concepto de opuestos utilizado por Ende a través de imágenes reflejadas en el espejo: dentro del bien, existe el mal y viceversa. Nuestros personajes tienen siempre un antagonista que tratan de aceptar e incorporar a sí mismos para seguir adelante y crecer: todos luchan contra su propia sombra. Y tanto la Emperatriz Infantil y el Anciano Errante son mencionados como los grandes creadores de Fantasía que no pueden existir el uno sin el otro.


“La Emperatriz Infantil es el origen de Fantasía, la fuente a través de la cual se genera todo lo que existe en este mundo, absolutamente todo. En cambio, el Anciano es el final. Él apunta todo lo que ocurre, y en el momento que lo escribe deja de ser la realidad viva para convertirse en historia. Ella es el cambio eterno. Él es lo inmutable.”

(Kinkel 2004, pág. 338)


Por último, les comento que la historia se entrelaza sutilmente con la trama original de Ende,  a través de la búsqueda del Emperador Perdido y por qué no, del mismo Bastian viajando en caravana. Además, es importante la aparición del personaje secundario de la soberana de Kading, a quien varios fantasios le encuentran cierto parecido con la temible bruja Xayide.

En resumen, es un libro que me gustó mucho cuando lo leí hace un par de años. Tuve que leerlo de nuevo ya que había varias cosas que no recordaba y me resultó muy amena la lectura, percibiendo detalles que antes no había notado. Ahora me da curiosidad por saber qué pasa en los otros dos, si los encuentro, ya dejaré mi opinión por acá también.


“¿De verdad crees que puedes ir en busca de algo perdido sin perderte?”

(Kinkel 2004, pág. 67)




VALORACIÓN:  ✰✰✰

domingo, 3 de febrero de 2019

- RESEÑA - Máquinas mortales, de Philip Reeve





Londres es una ciudad sobre ruedas: una ciudad como nunca has visto. Tras la terrible Guerra de los Sesenta Minutos, las ciudades que resistieron al apocalipsis se convirtieron en depredadoras, persiguiendo a otras menores y alimentándose de ellas.

Londres, una de las sobrevivientes, se encuentra a la caza de una pequeña urbe cuando Tom se topa con la joven asesina. Ambos terminarán en la Región Exterior, un páramo desolador marcado por las huellas de las ciudades ambulantes. Este es el comienzo de una gran aventura para estos dos chicos, que tendrán que aliarse para no morir.




A ver, ¿qué decirles? Con este libro tengo emociones encontradas… Este título es la primera parte de una tetralogía, repleta de aventuras y de, ¿por qué no? Movimiento. Porque así reza el lema de toda ciudad tracción en esta historia, en especial, Londres: “¡el movimiento es la vida!”. ¿Resulta difícil imaginar una ciudad con ruedas, desplazándose a su antojo? Bueno, les cuento que mientras iba leyendo visualizaba algo parecido a El Castillo Ambulante de Howl, aunque en este caso resultaría ser un objeto de proporciones mucho más grandes, ¿no? Y así es como sucede, las ciudad-tracción vagan por el mundo buscando recursos para sobrevivir –que escasean cada vez más- y son comidas unas por otras; esta metodología se denomina “darwinismo municipal” y, lógicamente, sobrevive la ciudad más fuerte. La ciudad que resulta comida por la más grande es totalmente desmantelada, aportando todo tipo de recursos a la ciudad vencedora. Y así es como funciona el mundo en esta historia, desde que Londres se convirtiese en la primera ciudad-tracción gracias al ingeniero llamado Nikolas Quirke.


Londres está en movimiento. Su presa podrías ser tú.


Me hubiese gustado que se relatara más sobre la Guerra de los Sesenta Minutos, el hecho apocalíptico que devino en toda esta cacería y lucha de lo “nuevo contra lo viejo”. En este libro, pese a ser introductorio de la saga, no sucede así, y uno tiene que andar atando cabos e imaginando qué pudo haber sucedido…

En esta historia, el mundo se encuentra dividido en gremios: los Ingenieros, que avalan y experimentan con la nueva tecnología defendiéndola a muerte, asegurando que de ella depende el futuro y la supervivencia de la especie: y, por otro lado, los Historiadores, quienes están totalmente en contra y prefieren preservar los orígenes y las raíces. Este último grupo también es fuertemente representado por los Anti-traccionistas, quienes, como lo indica su nombre, desean detener toda forma de ciudad-tracción y el salvaje darwinisimo municipal donde Londres toma un papel crucial en esta guerra (por ser la primera y la más peligrosa de todas las ciudades). Los Anti-traccionistas resultan ser una organización aparte que aúna fuerzas y armamento en varias partes del globo, consolidándose como el enemigo principal de la ciudad de Londres.

No cuesta creer que la tecnología se haya convertido en una religión para las personas. Quirke, el fundador de Londres, es considerado un dios, al igual que muchos otros cuyos nombres no se mencionan en el libro, salvo Clio, una diosa que es empujada en un constante retroceso hacia el futuro por la tormenta del progreso. De nuevo, lo viejo contra lo viejo.

Hasta acá es un pantallazo de las fuerzas que intervienen en la historia en la que los personajes de Tom Natsworthy y Hester Shaw son protagonistas.

Hester Shaw, una adolescente con una cicatriz enorme en la cara, hace su aparición en Londres para acechar a una presa por una venganza personal. El joven historiador Tom Natsworthy, sin saber los motivos de la muchacha, interfiere en sus planes y terminan los dos fuera de Londres, sobreviviendo casi por casualidad. Mientras que para Tom es la primera vez que se encuentra fuera de su hogar, Hester está acostumbrada a vagar sin rumbo y a la crudeza de la Región Exterior. De ahí en más, se trata de ellos vagando de un lado al otro, siendo arrastrados en una especie de corriente de la que meramente logran sobrevivir, con mucha ayuda –demasiada- obtenida y suerte.

El personaje de Tom es muy inocente, demasiado para mi gusto. Un aprendiz de historiador que, sin saberlo ni apreciarlo, está acostumbrado a la buena vida y a tener comodidades que otras personas en ese mundo sueñan con tener. Cuando sale de Londres, comienza a conocer el mundo exterior tal cual es: con su crueldad, sus necesidades, su desesperación. Sin embargo, pese a todo esto y que Hester le contó su terrible historia y los motivos de su cacería personal, sigue ilusionado y simpatizando con los líderes con los creció y no acepta otras visiones; Tom continúa defendiendo a la maravillosa Londres, volviéndose un personaje totalmente negador de los acontecimientos. ¡Logra aceptar la realidad recién al final de la historia! Eso me exasperó, vamos, se encuentran pruebas durante todo el libro, ¿qué más te hace falta? Y el autor mencionándolo como “Pobre Tom…” como si fuera un nene pequeño.

Resalto el hecho que, de a poco –muy, de a poco- él empiece a tomar decisiones propias y a salir de su burbuja personal. Es loable cómo se va encariñando con Hester, teniendo otra visión de ella que nadie jamás había tenido; con sus personalidades opuestas, me pareció que juntos hacían una linda pareja. Y ahora vamos con ella: la ruda y valiente jovencita, Hester Shaw. Pese a no tener mucho diálogo, es un personaje que habla prácticamente por sus acciones, sus miradas frías y dolidas, sus silencios que marcan distancia. Es un personaje sufrido que encuentra en la venganza el único motivo para seguir viviendo hasta que se topa con Tom. Con él, su carácter empieza a suavizarse y percibir otras opciones, a desear momentos que antes no apreciaba, porque no podía o estaba cegada por su dolor.


“Pobre Tom. Estás aprendiendo lo que Valentine me enseñó a mí hace tantos años: 
que no puedes confiar en nadie.”

(Reeve, 2001. Pág. 207)


Como enemigo de turno, encontramos a Valentine, uno de los líderes de Londres, y a su hija, Katherine. Estos dos personajes me gustaron mucho por su evolución, pero sobre todo Kate, quien merece un apartado especial. Mientras Tom y Hester se encuentran en las afueras de la ciudad tratando de volver, Katherine realiza su propia investigación de los acontecimientos e intenta detener los terribles planes de su padre y del alcalde. Es una muchacha muy dulce y decidida que nos relata a través de su mirada la diferencia de clases sociales que existen en Londres, el maltrato, la pobreza, la crueldad de los líderes cuyo poder ciego y descontrolado está llevando a la raza humana a su propia destrucción. El lector descubre lo que pasa dentro de Londres gracias a Kate, quien resulta ser la única persona que revela toda la verdad acerca de ella y de su familia, y de la nueva arma conocida como MEDUSA. Su presencia es fundamental en esta historia: ella es el núcleo entre todas las partes y sabe perfectamente que es la única que puede detener la amenaza que destruirá todo lo conocido.

Los capítulos están intercalados entre lo que pasa adentro y afuera de Londres. Es tanto el movimiento que llevan Tom y Hester de un lado al otro desde el comienzo que me pareció aburrido, sinceramente, me era mucho más atractivo lo que pasaba dentro de la ciudad que afuera. Otros sucesos me resultaron predecibles sí, pero me sorprendió gratamente cómo se fue desarrollando la historia hacia el final, donde todo converge y una acción se sucede a continuación de la otra de manera trepidante. Allí el autor se luce y termina siendo un final prácticamente apocalíptico.






En síntesis, creo que es un libro que tiene mucho potencial en cuanto a ideas y en la creación del mundo, pero no creo que haya estado bien aprovechado, dudo mucho seguir leyendo los libros siguientes. Hay mucho cabo suelto, el estilo de escritura del autor me pareció chato, le falta profundidad, y pese a que existe mucha acción desde el primer momento no disfruté la lectura como pensaba. Sí me pareció muy interesante visualmente; las descripciones son muy certeras, pude imaginarme todo con total naturalidad y los temas que se suelen tratar en la literatura steampunk tales como: el poder de las máquinas, la ambición del hombre, la diferencia de clases sociales, la lucha de lo nuevo contra lo viejo, etc. son igualmente desarrollados. Creo que me gustaría ver la adaptación en el cine porque merece una oportunidad a nivel visual, aunque tengo dudas sobre el guion, si ya de por sí el libro no es atractivo, no sé si podrán darle mejor forma en la película…



VALORACIÓN:  ✰✰

-RESEÑA- "La pasaespejos 1 - Los novios del invierno", por Christelle Dabos

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