Siempre me pregunté, ¿por qué tardé tanto en leer esta obra? Con una calidad narrativa maravillosa, Bradbury nos presenta una historia apocalíptica y profunda, con una sociedad absurda y dormida.
Montag es
un bombero cuya función no es salvar a la gente en peligro, sino la de quemar
todo rastro de memoria que posea la humanidad: los libros. Una profesión que
heredó de sus ancestros con orgullo, pero un día, Montag comienza a cuestionarse,
a pensar, y a preguntarse sobre qué
dicen los libros que resulta tan peligroso y eso lo convierte, inevitablemente,
en una amenaza.
Montag
entonces despierta, y se da cuenta de cómo la sociedad está prácticamente
muerta, en un mundo donde lo más importante “es ser feliz”, pero no lo es.
Porque para ello hay que razonar y entender y, según el gobierno totalitario de
turno, eso genera depresión y angustia, por lo que terminan eliminando todo
atisbo de conocimiento para evitarlo y así convertir a la gente en cáscaras
vacías. Montag nota que la falsa sensación de felicidad ya no lo contiene, no
lo llena ni lo mueve, sino que está muerto en vida e intenta con todo su ser remediarlo,
de manera torpe, apasionada y valiente, oponiéndose a un sistema cruel y
corrupto y a toda una sociedad anestesiada que lo persigue.
Bradbury
narra esta historia con una pluma maestra: intenso, melancólico, reflexivo.
Cuenta también como anécdota su inspiración basada en el amor por la literatura
y de cómo conoció a sus seres más queridos, incluyendo a su esposa, dentro de una
biblioteca. El autor nos traslada con su imaginación a la visión de un mundo
sin libros, sin maestros, sin académicos, sin artesanos de las letras ni
imprentas. Un lugar donde las memorias, la historia, las enseñanzas y la voz
del conocimiento es percibida como peligrosa.
Es una
novela distópica, que bien podría no estar alejada de nuestra realidad,
presentándonos una opción de futuro oscura y dolorosa. Creo que es un libro tan
bueno que definitivamente hay que leer en algún momento de nuestra vida, un
clásico de la literatura que queda plasmado en la memoria.
La edición que
leí está publicada por Minotauro contiene además un posfacio y dos cuentos del
autor, también muy buenos y reflexivos. ¡Recomendadísimo!