lunes, 19 de agosto de 2019

- RESEÑA - Stranger Things: Mentes peligrosas, de Gwenda Bond




“Verano de 1969. La guerra causa conmoción entre los jóvenes estadounidenses. 
Terry Ives, la estudiante de un tranquilo campus universitario en el corazón de Indiana, no puede estar más lejos del frente de Vietnam y de las protestas en Washington.

Pero el mundo está cambiando y Terry no se conforma con ser una mera espectadora. Cuando se entera de que el gobierno llevará a cabo un importante experimento en la pequeña población de Hawkins, se presenta voluntaria (…)”.

                                                                                                               Foto: María Laura Arias                                           

RESPIRA

GIRASOL

ARCOIRIS

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Stranger Things es una de mis series favoritas, cuya historia, personajes, ambientación ochentosa, y muchas otras cosas más hicieron que se ganaran todo mi cariño, y no iba a perderme de leer este libro que fue anunciado ni bien salió el estreno de la tercera temporada. Sin embargo, les confieso que soy de desconfiar bastante —soy desconfiada por naturaleza— de este tipo de adaptaciones ya que acompañan toda una campaña de marketing inevitable. PERO, y lo escribo así de grande porque lo amerita, ¡gran sorpresa, gran! me llevé en cuanto empecé a leerlo. ¡No podía dejar de leer! El libro te atrapa y mucho, aunque ya sepamos cómo va a terminar todo, porque se trata de una precuela. Mis felicitaciones a la escritora por plasmar tal cual el universo de Stranger Things en una historia rebuscada y complicada.

Mentes peligrosas tiene una edición preciosa, con capítulos separados con un efecto viejo o raído, como si fueran archivos de un expediente, en este caso, del experimento del laboratorio de Hawkins.

Nos encontramos nuevamente con Terry Ives, la mamá Once, pero en una versión adolescente con mucha energía, ambiciones y deseos de cambiar el mundo a su manera. Es esa misma ambición, y terquedad, con una mezcla de curiosidad la que la lleva a participar como voluntaria del macabro experimento del inescrupuloso Dr. Brenner. Terry sabe desde el principio que algo anda mal, pero la paga por haberse inmiscuido es buena, por lo que decide continuar, de hecho “agradece” la oportunidad. Y es todo lo extraño que allí sucede lo que la motiva a develar el misterio y adentrarse más en las profundidades. Afortunadamente no se encuentra sola, ya que entabla amistad con los otros participantes del experimento: Alice, una mecánica genio que posee visiones, Gloria, una estudiante de raza negra muy inteligente que desea ser admitida en la universidad y Ken, un muchacho hippie con una supuesta sensibilidad fuera de lo normal. El grupo es completado por el apoyo incondicional de Andrew, el enamorado de Terry.

Es así como los adolescentes se unen en medio de un ambiente incierto, oscuro y aterrador mientras les suministran drogas y electrochoques para que sus mentes puedan abrirse a lo desconocido y elevar sus capacidades. De verdad que la historia resulta ser mucho más siniestra que en la serie televisiva. La autora narra con total detalle el tema de las inyecciones, los choques, lo que sienten, los desvaríos, a medida que vas leyendo da un poco de impresión, ¡y te preguntas por qué con todo eso es que los personajes continúan estando ahí! Pero como todos sabemos el final, el hecho de que sigan adelante es parte de lo que acontece después, con el personaje de Once…


“—Quieren convertirme en máquina. Pero ya lo soy. Todos lo somos”.

(Bond, 2019. Pág. 63)


A nivel escritura, la autora al punto, no se da con rodeos y nos llena de palabras clave, diálogos, títulos, menciones que son claramente presagios foreshadowing, es el término en inglés— de lo que sucederé años más tarde. Basta con hojear las primeras páginas y, más adentrada en la historia, ver el recurso muy utilizado a través del personaje de Kali, la hermana de Once, Ocho. Aquí la niña tiene cinco años y es vital en el desarrollo de la historia para que nuestro equipo de adolescentes comience a entender qué es lo que pasa dentro del laboratorio. Todas las piezas se ensamblan con la ayuda indispensable de esta pequeña de carácter difícil que lo único que desea en el mundo es la compañía de un amigo.

La historia está cargada de suspenso y nos muestra a través de los ojos de Terry cómo lo que empezó como un acto de prueba inocente se termina yendo todo al muere, derrumbándose al igual que la protagonista. Terry se da cuenta muy tarde, de que nunca tuvo el control de la situación y que, tanto los hilos como las manecillas del reloj, están en poder de algo —o alguien— mucho más grande.


“—Nada será justo jamás, ¿verdad?

—No. El mundo no es un lugar justo”.

(Bond, 2019. Pág. 258)


En fin, si son fans de Stranger Things, creo que es un libro que TIENEN QUE LEER. Y si no lo son, ¡también! Creo que está escrito de una forma que no es necesario conocer la historia original, aunque no abunda en descripciones, eso sí, los ambientes se dan por sentados y eso podría llegar a restarle un par de puntos, pero se lee perfectamente igual.

A mí en lo personal me encantó, no me esperaba engancharme tanto. De hecho, me dejó pensando mucho; Mentes peligrosas, te deja un sabor amargo que sabes no podrás contrarrestar con la serie porque ya es obvio lo que pasa. Me gustó el personaje de Terry y también el de Andrew, gracias a ellos sabemos de dónde heredó todo el valor y determinación nuestra pequeña ”El” con poderes. Así que, si les da curiosidad, no lo duden. “No es una adaptación más”, como yo pensaba, sino que enriquece mucho más la historia que tanta emoción nos dio en la pantalla.


VALORACIÓN:    ✰ ✰ 


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